Dicen que debería tenerle miedo a la muerte,
pero ¿cómo hacerlo,
si a veces es mi único deseo
para no seguir teniéndote?
¿Cómo temerle a algo
que, para mí,
parece el más dulce regalo?
Tú me pediste que me fuera,
justo cuando mi alma
suplicaba que tus palabras
fueran solo una mala broma.
¿Cómo temerle a la muerte
si sería el alivio
a este dolor que dejaste?
¿Cómo tenerle miedo
a lo único que no me miente,
que no se va,
que no me juzga?
No es que la busque…
es que, a veces,
la deseo.
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