jueves, 19 de junio de 2025

Carta que nunca enviaré

 

Dicen que los ojos son el reflejo del alma,
pero tú nunca viste la mía.
No supiste notar
que estaba rota,
que gritaba en silencio
cada vez que me mirabas sin mirar.

Dicen que los ojos no mienten…
Tal vez por eso
nunca fuiste capaz de amarme,
porque mis ojos hablaban de miedo,
de huellas,
de cicatrices que tú ignoraste.

Dicen que los ojos ven más allá,
pero los tuyos
solo se fijaron en mis grietas.
Te detuviste en mis quebraduras,
en lo que no sabías cómo remendar,
y huiste.

Te supliqué —aunque no con palabras—
que me vieras,
de verdad,
más allá del dolor.
Que me vieras viva,
aunque deshecha.
Pero sé que no podías.
Sé que no sabes cómo.

Y aún así, duele.

Porque yo solo quería
que alguien, alguna vez,
me mirara… sin miedo
y sin juicio.

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