Hablar o callar, ¿qué debo hacer?
Cuando el silencio y la voz quieren vencer.
Si la elección se desvanece,
y la carga en el pecho crece.
No hay escape, no hay salida,
solo enfrentar la vida.
Libera el dolor que te asfixia,
busca un alma que te guíe y auxilia.
Habla, tu valor es inmenso,
en cada latido, en cada pensamiento.
Eres luz en la oscuridad densa,
importante para todos, tu presencia.
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Sálvame a mí; es más difícil que salvar mi ser.
¿Cómo huir de uno mismo,
si es como la sombra que te persigue sin dejarte ir?
El lápiz que escribe mi destino
es también el borrador que borra mi vida.
Pensar que mis destrozos fueron ocasionados
por alguien tan débil como yo.
Creer que estos rotos no se podrán pegar tan fácilmente.
Porque mi alma me abandonó,
dejándome sola con mis pensamientos,
volviéndome loca en este manicomio de mi ser.
Salvación es una palabra inexistente dentro de mí.
Estoy cansada de luchar contra mis demonios,
esos que no me dejan saltar al barco
que podría rescatarme.
Mis nudos no me permiten respirar,
busco la manera de soltar,
pero más me ahoga esta calamidad.
Mis días se han convertido en sinsentidos,
donde solo veo oscuridad,
mis pensamientos se han disipado de mi ser,
donde solo encuentro a ciegas mi dificultad.
Mis días pasan pero solo quiero superar,
esta angustia que no me permite soltar,
esta soga que me quiere matar,
dentro de mi soledad.
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Todos creen que ser admirado
es magnífico, el colmo de la gloria,
pero, ¿qué ocurre si se torna letal,
si esa luz se convierte en historia?
Cuando ya no puedes ocultarte,
pues todos los rincones conocidos
son visibles para quien te acecha,
y observas, a tu lado, temeroso.
Las rutas de escape se han cerrado,
solo queda huir sin saber si aún
te pueden ver, si en la sombra
tu perseguidor te sigue con su luz.
El miedo se apodera de tu ser,
y solo queda un cuerpo errante,
un zombi que vaga sin alma,
muerto por una obsesión delirante.
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Siento miedo de lo que pueda pasar,
tengo temor de lo mal que lo voy a pasar,
pero más me agoniza pensar en enfrentar.
Tanto temor en estos momentos me deja sin estabilidad,
recordando que en la esquina mi final se acercará.
¿Cómo creer que un niño obsesivo
me provoca este doloroso final?
Donde no puedo decir nada por temor a ser juzgada,
sé que soy mayor, pero a pesar de eso,
me siento desvanecer ante un niño abusivo
que daño me quiere ofrecer.
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